miércoles, 24 de julio de 2013

CÍRCULO DE MUJERES


“Lo que se dice en el Círculo no sale del Círculo. El Círculo es un lugar seguro. Todas somos hermanas en el Círculo. No se juzga a las hermanas en el Círculo. Todo es bendito en el Círculo”.



Este sencillo mantra, entonado por todas a la vez, traza el Círculo y asienta la energía.

Aquí no hay hombres. Y no es que no les amemos. Todas tenemos papás o hermanos o amantes o maridos o hijos. Pero aquí hemos venido a vernos por nuestros propios ojos. Y por eso los hombres están fuera, porque el Trabajo es nuestro y sólo nuestro.

Siempre digo que en el momento en que todo lo que sucede es aceptado y bendecido, sin juzgarlo, nuestra vida comienza a cambiar.

El Círculo nos permite expresarnos tal y como somos. Cada hermana con su propio ritmo, cada hermana con su derecho a limitar lo que desea compartir y lo que no.

Al principio, suele haber miradas de desconfianza. No es de extrañar, acostumbradas como estamos en este mundo guerrero a vernos como competidoras, en lugar de como aliadas.

Hemos vivido, históricamente hablando, encerradas entre fogones. Cada una de nosotras sola en su casa, en su cocina, en su familia. Frágiles.

Pero esto no siempre fue así.

Aunque hay a quien le interesa hacernos creer que sí. Que es natural que nuestro cuerpo se exponga y se venda como mercancía, cuando es hermoso. Que es normal que nuestros hijos e hijas nazcan en un hospital frío y estéril y que nuestra sagrada capacidad de dar a luz y amamantar sea considerada patológica, en lugar de lo que es: un acto de amor, confianza y valentía que realizamos las mujeres en todo el mundo. Sin esperar nada a cambio.

Pero hubo un tiempo en que nuestro cuerpo era sagrado, mujer. Nuestro sangrado mensual se acompasaba con el crecer y el decrecer de las mareas y las cosechas. Por entonces nos reuníamos en círculos sagrados, cuando la luna era oscura, cuando la sangre manaba de entre nuestras piernas. Y aquellos eran días para tomar decisiones importantes, decisiones políticas y religiosas sobre el Clan.

¿Verdad que aún puedes recordarlo? ¿Que aún puedes sentir algo de ese poder, de esa magia, en la punta de tus dedos, cuando cocinas o cuando pintas o cuando acaricias a tu bebé o cuando cierras una operación financiera que ayudará a toda tu familia?

Aquí en el Círculo recuperamos esto. Poco a poco. Porque nuestra mente ha olvidado. Pero nuestro cuerpo, nuestras células, el tuétano de nuestros huesos, nuestros sueños y nuestras almas recuerdan bien.
Sólo que este Poder, esta Fuerza están ocultos bajo capas y capas de miedo y de vergüenza, de desconfianza, de dolor.

Y así vamos, con paciencia, con miedo, con cariño, desandando el Camino, pelando la cebolla, descubriendo nuestra esencia.

Así es que gracias a todas, Hermanas, por acompañarme en esta aventura que decidí emprender hace ya dos años.

Gracias porque sin vosotras, tal vez ya me hubiera rendido. Pero juntas pudimos. Y juntas podemos.
 “Que la Sabiduría y el Poder del Círculo vayan con nosotras. Y se expanda en infinitos Círculos”.

 “Yo aliento a las mujeres a formar Círculos que tengan un componente
espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de
otras mujeres y contando los tuyos, adquieres fuerza. Cuando uno está
sentado en círculo y en silencio se da cuenta de que hay una conexión
espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18
años: encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos
preocupa, debatimos, y juntamos nuestras energías con un propósito”.

Más información: Anabel G. Numancia 661994670/ anabelgn@gmail.com
Comenzamos en Septiembre!! Plazas limitadas.


martes, 30 de abril de 2013

10 Pasos para amarse uno mismo

   
   1.- Deja de criticarte
    La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte. Acéptate exactamente tal como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas, tus cambios son negativos. Cuando te apruebas, tus cambios son positivos.

2.- No te asustes
Deja de aterrorizarte con tus pensamientos. Es una forma horrible de vivir. Busca alguna imagen mental que te produzca placer (la mía son rosas amarillas), e inmediatamente reemplaza el pensamiento aterrador por uno agradable.

3.- Sé amable, apacible y paciente
Se amable contigo. Pórtate bien contigo. Ten paciencia contigo mientras aprendes esta nueva forma de pensar. Trátate como tratarías a una persona a la que verdaderamente amas.

4.- Sé tolerante con tu mente
El odio a uno mismo, es el odio a los propios pensamientos. No te odies por tener los pensamientos que tienes. Cámbialos suavemente.

5.- Elógiate
La crítica destruye el espíritu interior. El elogio lo construye. Elógiate todo lo que puedas. Alábate por lo bien que haces las cosas, por más insignificantes que sean.

6.- Bríndate apoyo
Busca formas de apoyarte. Recurre a tus amigos y déjate ayudar. Es muestra de fortaleza pedir ayuda cuando se necesita.

7.- Sé indulgente con tus aspectos negativos
Comprende que los creaste para satisfacer una serie de necesidades. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas de satisfacer esas mismas necesidades. De modo que deja amorosamente que las viejas pautas negativas se vayan.

8. - Cuida tu cuerpo
Infórmate sobre cuál es la nutrición adecuada para ti. ¿Qué clase de combustible necesita tu cuerpo para tener una energía y vitalidad óptimas? Infórmate sobre las distintas modalidades de ejercicio físico que existen. ¿Qué tipo de ejercicio le gustaría hacer? Mima y venera el templo en el que vives.

9.- Trabajo con el espejo
Mírate a los ojos a menudo. Expresa el creciente amor que sientes por ti. Perdónate mirándote en el espejo. Conversa con tus padres mirándote en el espejo. Perdónalos también. Al menos una vez al día di: “Te quiero, realmente te quiero”.

10. - ¡Hazlo ya!
No esperes a sentirte bien, ni a perder peso, ni a tener el nuevo empleo o la nueva relación. Empieza ahora a hacer cosas y hazlas lo mejor que puedas.

Tratamiento del Merecimiento

Me merezco todo lo bueno.
No algo, no un poquito, sino todo lo bueno.
Ahora dejo atrás todos los pensamientos negativos y restrictivos. 
Me libero y me olvido de todas las limitaciones de mis padres. 
Los amo y voy más allá de ellos.
Yo no soy sus opiniones negativas ni sus creencias limitadoras. 
No me ata ningún miedo ni prejuicio de la sociedad en la que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente, tengo libertad absoluta. 
Ahora entro a un nuevo espacio de conciencia, en donde me veo de forma diferente. 
Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida.
Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias. 
Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo. 
Y por lo tanto, recibo multitud de bienes.
La totalidad de las posibilidades está en mí.
Merezco la vida, una buena vida.
Merezco el amor, abundante amor. 
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar. 
Merezco la alegría y la felicidad. 
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser. 
Merezco mucho más que todo eso. 
Merezco todo lo bueno. 
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias. 
Y yo acepto la abundancia en esta vida con alegría, placer y gratitud. 
Porque me la merezco.
La acepto, y sé que es verdad.

Fragmentos extraídos del libro: "Amarse sin condiciones" de Louise L. Hay

El amor a uno mismo


Amarse a si mismo exige una filosofía de vida que permita sentirse digno de ser feliz y realizarse como persona única y distinta.

Quererse a si mismo parece cosa fácil pero no lo es, porque implica reconocerse como alguien con condiciones para ser querido tal cual es, sin ningún valor agregado; sin embargo existe mucha gente que cuando se mira en un espejo no puede evitar compararse con los demás y creer que no vale nada y que no sirve para nada.

Eso es lo que ha aprendido desde niño, con la ayuda de padres exigentes que le enseñaron a compararse con los demás.

La autoestima comienza con el respeto hacia uno mismo y con la gratitud por el hecho de estar vivos.

El cuerpo expresa constantemente lo poco que la gente se quiere, con malestares, disfunciones y enfermedades; y los problemas de relación también son una evidencia de falta de autoestima, porque lo que cada uno hace consigo mismo se le permite hacer a los demás, quienes terminan siendo fuente de frustración y descontento.


El que no se aprecia, está siempre desconforme, no se acepta, no puede disfrutar de la vida, proyecta su propia desvalorización en los demás, nunca está satisfecho y no puede insertarse adecuadamente en el campo laboral.

Su vida se transforma en un calvario de calamidades y en una cadena de desencuentros, infortunios, desaciertos, accidentes, tornándola miserable.

Todo lo que parece estar mal afuera es producto de un proyecto inconsciente autodestructivo, una forma de pensar negativa que genera nada más que problemas.

Las personas suelen sentirse mal consigo mismas cuando son dependientes o tienen miedo, cuando sus expectativas exceden su capacidad, o cuando hacen lo mismo que los demás porque no se aceptan como son.

Estos motivos son los que los paraliza y los bloquea; y lo que los lleva al fracaso, al negativismo y al escepticismo.

La vida sería simple si cada uno se atreviera a ser quien realmente es; sin embargo los viejos condicionamientos, las creencias, las antiguas formas de pensar heredadas, los prejuicios y los valores distorsionados no se lo permiten.

La mayoría de edad permite ejercer el derecho a elegir y construir una vida a partir de un modo de pensar nuevo y propio, pero la mayoría prefiere seguir pensando como los demás aunque su interioridad le indique otra cosa.

Así como la violencia genera violencia el amor a uno mismo hace posible el amor a los demás.

Para poder valorarse hay que dejar de criticarse y pensar en todo lo bueno que hacen; no criticarse, atender las necesidades del cuerpo y de la mente, valorar el propio trabajo, ser ordenados, evitar los excesos, no postergar los proyectos y relacionarse con personas que de verdad los aprecien.

La baja autoestima se expresa al sentirse culpable de todo lo que pasa alrededor, cuando se desconfía de las propias decisiones, cuando se sienten inservibles porque no producen lo que creen que deberían, cuando se teme a las relaciones, cuando se quiere ser como los demás y cuando se cree ser el único responsable de las pérdidas afectivas.

La baja autoestima tiene por lo general causas que no son las que se ven. Por ejemplo, el exceso de peso, una nariz más grande o más chica que el promedio, son aparentes problemas que reflejan un profundo conflicto interior, que suele ser miedo, inseguridad y necesidad de afecto.

Louise L. Hay afirma que la única dieta que realmente funciona es privarse de pensamientos negativos.

Fuente: “Usted puede sanar su vida”, Louise Hay, Ed.Urano, 1992

lunes, 29 de abril de 2013

LA VIDA ES EL ARTE DEL ENCUENTRO de Facundo Cabral


Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.

Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde. Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.

Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.

De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante porque eso es la vida.

Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿porqué te preocupas tanto?. No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.

Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo ni en broma” porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades. Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella. El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.

Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano. No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

Facundo Cabral


jueves, 25 de abril de 2013

Llénese de energía positiva: la gasolina vital es el optimismo


Sabía que en este mundo hay personas medicina y personas tóxicas? Las primeras son las que van cargadas de entusiasmo por la vida y las segundas viven apocadas por la negatividad, hasta tal medida que pueden llegar a perjudicar a los que están a su alrededor. 

Si no quiere ser un cenizo y prefiere repartir alegría y buenas vibraciones, además de conseguir éxito en el trabajo, en su vida personal y también en el ámbito social, no tiene más que proponérselo, porque "la vida es lo que nosotros hacemos de ella". Es la idea principal del último libro del psicólogo Bernabé Tierno, Optimismo vital (Temas de Hoy), un completo manual de psicología positiva.

Si bien nosotros no podemos cambiar los acontecimientos que van ocurriendo a lo largo de nuestras vidas, sí podemos dominar las actitudes que tomamos ante ellos, porque, según explica el doctor, "disponemos de plenos poderes para decidir capitalizar los episodios positivos y minimizar los efectos de los negativos". No somos capaces de cambiar nuestra genética, pero "no estamos predestinados a ser depresivos, asesinos o malas personas. Podemos crearnos nosotros mismos".


Seres conscientes

La teoría de Tierno se basa en que somos los únicos seres vivos conscientes de nuestra existencia. Los animales, por ejemplo, no podrán ser nunca positivos de manera voluntaria porque no disponen de optimismo global que les lleve a progresar, perfeccionarse, contrarrestar y disminuir la influencia genética. Así, el optimismo vital es nuestro talismán, la verdadera causa del progreso humano. 

Conclusión: es rentable invertir en estrategias para incrementar nuestra actitud conscientemente positiva. La responsabilidad está en nuestro tejado, porque somos los arquitectos de nuestro destino Ya no vale echarle la culpa a la suerte.


El buen humor alarga la vida

Este libro es un euforizante y eficaz antidepresivo de principio a fin. Ayuda a leer los acontecimientos de una manera positiva y constructiva, resistir ante los problemas, reforzar nuestra empatía -capacidad de ver al otro tal como él se ve y ponernos en su lugar- y descubre los beneficios de la risa y el humor en la salud. 

Porque, según estudios recientes realizados en Estados Unidos, "el optimismo alarga la vida". Según el trabajo de investigación, realizado con 6.958 hombres y mujeres durante cuatro décadas, aquellos que fueron optimistas durante su juventud tenían menos posibilidades de morir en sus siguientes 40 años que los que habían sido pesimistas.

La doctora Berverly H. Brummet, del Centro Médico de la Universidad de Duke y una de las autoras de este estudio, dice que hay una serie de factores que pueden explicar los descubrimientos realizados, como el hecho de que los optimistas tienen muchas menos probabilidades de caer en una depresión que los pesimistas, lo que acaba habitualmente teniendo un efecto sobre la salud física. Asimismo, tienen una mayor tendencia a llevar un estilo de vida más saludable, y suelen dar más importancia a la dieta y al ejercicio. 


Optimismo vital

Y si una persona es de por sí negativa, da lo mismo: se puede pasar de lo negativo a lo positivo a través del optimismo vital. Uno de los secretos para conseguirlo, según el manual de Tierno, es "no pensar en el problema y mantener positiva la mente", llevándola a soñar con las cosas buenas, mediante visualizaciones conscientes. Ante situaciones drásticas, debemos utilizar también otras técnicas importantísimas, como la relajación, el desarrollo de la voluntad, la amistad, los afectos.

Y es que el afecto es una necesidad primaria del ser humano. Los abrazos y el tacto pueden llegar a convertirse en una terapia. Se dice que necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenernos bien y doce para crecer y potenciar nuestras energías positivas. Con esta terapia una persona es capaz de recuperar la autoestima, la seguridad y la confianza en sí mismo. 


Ventajas de las emociones positivas:

1. Mejoran la forma de pensar: el afecto positivo se relaciona con una organización cognitiva más flexible y compleja, así como con la capacidad para integrar diversos tipos de información.

2. Se relacionan con la salud y la longevidad: previenen las enfermedades, reducen su intensidad y duración y contribuyen a lograr mayor bienestar. 

3. El optimismo actúa como imán de acontecimientos favorables: Sonría a la vida y verá lo que le devuelve.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La voz del síntoma



El cuerpo "habla" y muchas veces "grita" a través de la enfermedad y del síntoma. Habla y grita porque el cuerpo es el único medio por el cual hay posibilidad de expresión, dado que a nivel consciente existen barreras que no posibilitan esa salida para una integración completa de mente cuerpo y emoción.
Darle voz a nuestro cuerpo, a nuestras partes internas no reconocidas es uno de los caminos para una verdadera unión con el "Ser" que somos y con nuestra "verdad". El conocimiento de uno mismo, el crecimiento personal, no puede dejar de lado al cuerpo que lo sostiene, que ha acumulado sensaciones, vivencias, sonidos, amor, recuerdos, conocimientos. Este cuerpo tiene su lenguaje. Aprenderlo implica sobre todo ejercitar "la escucha". Si escuchamos la parte de nuestro cuerpo que se queja, que duele, que no se encuentra sana, la distinguimos del resto para darle su espacio para hacerse oír. Esta parte distinguida, como puede ser un órgano no sano por ejemplo, revela una relación negativa con nosotros mismos y aspectos que nos son propios que no queremos reconocer.


Transcribiré partes del libro "Enfermedad, Síntoma y Carácter" de la Nana Schnake en el cual relata experiencias con pacientes que presentaban diversas patologías. Los ejemplos son muy reveladores de cómo se puede trabajar a nivel psicoterapeutico una enfermedad acompañando al tratamiento médico.


El primer paso es entender y vivenciar el verdadero mensaje de la enfermedad, y desde allí intentar que la persona se conecte con los aspectos negados o rechazados de sí misma.

En nuestra ignorancia u olvido de aspectos fundamentales de nuestro cuerpo, no es fácil de hablar de estos mecanismos inconscientes, inadvertidos, reprimidos o mantenidos fuera de nuestra consciencia para que no choquen con la realidad. Más aún cuando esas características de nuestros órganos de oponen a nuestra idealización.


La verdad es que es tan poco lo que sabemos de nosotros mismos, que no puede sorprendernos que dejemos fuera todos los aspectos que nos parecían inútiles o negativos. Y sin embargo, el organismo que somos necesita mantener en armonía una tan amplia y compleja variedad de elementos que no puede negarle presencia ni valor a ninguno.


Cuando facilitamos que la persona se ponga en contacto con un órgano, al que está culpando de la enfermedad o un síntoma, no nos conformamos con que corrija la información equivocada y suprima la pelea (aunque eso ya es un logro para la enfermedad misma): la colocamos en el lugar del órgano hasta que logre sentir y vivenciar la característica más esencial de ese órgano y la que más combate.


Por ejemplo, si una persona que habla con sus arterias, porque tiene hipertensión arterial, se describe como incapaz de "dejar pasar nada sin controlarlo", ya que es persona y son demasiado complejas sus funciones tampoco puede ser muy flexible, es frecuente que la primera vez que se ponga en el lugar de una arteria, a lo sumo pueda repetir las características de éstas, sin asumirlas con todo el cuerpo. Con un buen manejo del diálogo, el terapeuta puede facilitar que aún el más resistente de los pacientes, tendido en el lugar de una arteria y teniendo que repetir el discurso de ésta con verdadero compromiso -sin sentirse inferior o poca cosa por ser "solo" una arteria- llegue a sentirse absolutamente relajado y plácido mientras dice:


Nací para esto, para dejar pasar el impulsar la sangre tal como viene, no tengo que controlarla, ella sabe lo que trae y lo que entrega, y mi flexibilidad le permite avanzar, es tan cómodo tener el camino trazado.

En este momento, esa persona vivencia, quizás por primera vez desde su infancia, lo que es la tranquilidad y la confianza de dejar que algo pase sin necesidad de controlarlo, o lo que es sentir la flexibilidad.

Ese sentir es el inicio de que un verdadero cambio ocurra. El ser flexible es ahora una mandato organísmico, que puede protegerlo de un derrame cerebral, y no simplemente de un cambio caracterológico para complacer a quienes lo rodean.


Esto es algo absolutamente diferente de una mera comprensión intelectual, ya que no es fácil ser arteria cuando hemos desarrollado grandes aptitudes para retener y controlar todo, y sin ellas no podemos ser. Cuando la vivencia nos lleva claramente a una sensación, la asociación de recuerdos y situaciones se nos hace presente de un modo incontenible y es allí donde el terapeuta tiene que colaborar con el paciente para facilitar el resolver -en el Aquí y Ahora- situaciones inconclusas.


En general, podemos decir que los "Darse Cuenta" producidos se mantienen y se pueden llegar a producir cambios profundos, cuando las personas están fuertemente motivadas por la necesidad o urgencia de revertir la situación actual, que es por ejemplo, el caso de las mujeres que sienten que se acerca una edad crítica y que no han quedado embarazadas. En estos casos, el trabajo con el útero les muestra características que han rechazado violentamente y que no parecen dispuestas a revertir o a ver siquiera algo positivo en ellas. Al contactarse vivencialmente con su útero y ver las cualidades que él tiene para el papel que debe desempeñar, por lo menos dejan de pelear con esas características y luego de "algún" trabajo terapéutico con su madre o con quien sienten negativo y peyorativo del hecho de ser mujer, se producen cambios caracterológicos y, frecuentemente, lo que tanto ansiaban: embarazarse."


Fuente: Adriana Schnake. "Enfermedad, síntoma y carácter". ed. Cuatro Vientos.

sábado, 22 de septiembre de 2012

¿Qué Hay Debajo De Cada Enfermedad?



Estos son algunos caminos que pueden conducirnos hacia la enfermedad:

1- Una prohibición o prohibiciones que nos genera miedos…

2- Por una orden que nos provoca rabia…

3- Por una pérdida que nos provoca disgusto o sentimiento de devaluación. Eliminan un valor que tenemos dentro…

4- Nos invaden, lo que nos provoca represión o auto represión. Nos enquistamos. Nos cortan aspectos nuestros que estaban muy vivos…

5- Nos identificamos con unos límites. Hay movimientos que nos están prohibidos, límites con el dinero, límites con el espacio, límites temporales, límites sexuales…

Marianne Costa.
Plano Creativo.

***

La naturaleza se opone a la prohibición.

“Debajo de cada enfermedad hay una prohibición. Una prohibición que en algunos casos viene de la superstición. Todos los libros sagrados: La Biblia, el Corán, la Tora, los Sutras budistas, etc. cuando son interpretados desde el fanatismo producen enfermedades.

Las enfermedades no son nuestras sino de aquel que creemos ser. Se alcanza la salud venciendo las prohibiciones, saliéndonos de los caminos que no nos pertenecen, dejando de perseguir ideales impuestos, hasta llegar a ser uno mismo: la conciencia impersonal que no se autodefine”.

Alejandro Jodorowsky.

***

La Salud Y Las Emociones
El Dr. Jorge Carvajal, pionero en Medicina Bioenergética, nos habla…

Del miedo:

El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

De la ira:

La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

De la tristeza:

La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

De la ansiedad:

La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones.
Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

Del estrés:

El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar.Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie. El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

De la alegría:

La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas.. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia. La alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

Adaptado de una entrevista en Integral Love por Plano Creativo.

***

Alejandro Jodorowsky:

Las medicinas curan enfermedades. La tierra entera es una medicina. ¿Cuál medicina es tu verdadero ser?

Estas palabras cayeron como lluvia sobre un náufrago sediento. De golpe me di cuenta de que estaba vivo por un tiempo infinitesimalmente pequeño comparado con la eternidad del cosmos. Y que esa vida era un privilegio, un regalo, un milagro. El instante en que yo existía era el mismo instante donde danzaban todos los astros, instante donde lo finito y lo infinito se unían, el aquí y el más allá, el perfume del aire y la memoria anclada en la materia, los dioses inventados y la energía impensable, los sabores y el hambre, las luces y los abismos, los colores y la ceguera, la humilde sensibilidad de mi piel y la ferocidad de los puños.
El mundo era lo que era: medicina. Y no lo que yo pensaba que era: veneno”.

De “El maestro y las magas”.
Alejandro Jodorowsky.

La enfermedad según Alejandro Jodorowsky



¿Qué es la enfermedad desde su punto de vista?

La enfermedad es una protesta de tu niño caprichoso interior. Niño al que le prohibieron hacer algo o lo obligaron a hacer alguna cosa que no quería.

Y si quiero sanarme…

Dejas de protestar y aceptas la realidad, llegando a un compromiso entre lo que es y lo que imaginas que es la realidad…entonces sanas. Cuando empiezas a establecer relaciones bellas, entonces empiezas a sanarte.

No comprendo el motivo por el que dice que “el arte tiene que curar, si el arte no cura es que no es arte”.

El arte es psicoterapia en si mismo. Tenemos que curarnos de no ser nosotros mismos, tenemos que curarnos de no estar en el presente. Hay una frase hasídica que dice: Si no eres tú, ¿quién? Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo? Entonces, si eres capaz de solucionar el cuándo, el aquí y el quién (el tú), pues ya te curaste, estás siendo tú mismo.

¿La enfermedad puede ser considerada como un aliado?

Si queremos sanar, hay que amar a nuestra enfermedad. Si no la amamos, si no la honramos y no reconocemos que ella tiene un mensaje para nosotros, no sanaremos. Toda enfermedad es sagrada, nos remite a nosotros mismos, nos obliga a comprender por qué la hemos creado

¿Cómo podemos relacionarnos con nuestra enfermedad si en general pensamos que es fruto de un accidente, o incluso de la mala suerte?

Entendiendo que en toda enfermedad hay una prohibición, te prohíben ser lo que eres, una falta de conciencia, no te das cuenta de lo que eres y una falta de belleza, si la pierdes enfermas.

No me acaba de quedar claro…

La enfermedad es una información que nos falta, es un grado de inconsciencia. Si no somos conscientes, no nos curamos y consideramos enfermedades a cualquier desequilibrio intelectual, emocional, creativo-sexual o material.

¿Las enfermedades están conectadas con el propio árbol genealógico? 

Es evidente que sí. Debemos conquistar la libertad rompiendo la poderosa fidelidad a la historia familiar. Liberar al enfermo del peso de las lealtades inconscientes (familiares) que manejan y condicionan su vida.

¿Cómo?

Salir de las dificultades implica modificar en profundidad nuestra relación con nosotros mismos y con el pasado. La gente no quiere pagar el precio por dejar de sufrir. Ese precio es cambiar, dejar de vivir en función de esos preciados problemas que se arrastran.

Por tanto, la enfermedad es nuestra responsabilidad.

Así es. Has de dejar que tu espíritu la reconozca y se aparte de ella. Es necesario que en el enfermo ocurra un cambio de mentalidad, sin esa transformación no es posible la curación.

Todavía hay quien dice que el sufrimiento es bueno, que este mundo es un valle de lágrimas al que venimos a sufrir

El sufrimiento es ignorancia y la enfermedad es esencialmente separación, es decir, creencia de estar separado.

¿Qué podemos hacer para empezar a sanar?

El camino para llegar a la salud es la información en forma de un conocimiento que está inscrito en el cuerpo y que se presenta reclamando lo que falta. Para curar a un enfermo hay que ponerlo en relación con su “Dios interior”