miércoles, 27 de abril de 2011

Rose

ENVEJECER ES OBLIGATORIO, MADURAR ES OPCIONAL

El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mi alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. 'Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo? 

Me reí y le contesté con entusiasmo: '¡Claro que puede!' Ella me dio un abrazo muy fuerte. Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?, le pregunté. Riéndose contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y viajar.' 

'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad. 

'¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo". 

Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. 

No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes. 

Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!' 

'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos hacemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.' 

'Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.' 

'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!'
'Hay una gran diferencia entre hacerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. 

Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio. 

No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.
Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria. 


Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.


Dedicado a Jesús Hernández, una persona de gran corazón. 

viernes, 22 de abril de 2011

La muerte: Un amanecer


No hay que temer a la muerte; la muerte no existe, es solo una transición",  solía afirmar Elisabeth Kubler-Ross, una mujer que fue considerada por el Times como una de los 100 pensadores más importantes de nuestro siglo. Fue pionera en el movimiento de cuidados paliativos y del estudio de la muerte. Fue una de las voces que desde el mundo científico defendió con más vehemencia la idea de que la conciencia sobrevive al fin del cuerpo.

Nació en 1926 en Zurich (Suiza) y en 1957 se graduó en Medicina en la universidad de Zurich. Siendo estudiante de medicina visitó algunos de los campos de exterminio nazi tras la guerra. Elisabeth se sorprendió de que en las paredes de los barracones donde los judíos esperaban su muerte inminente, los más pequeños, tan jóvenes que ni tan siquiera poseían creencias religiosas, habían dejado plasmados sus sentimientos con respecto a los que les aguardaba. Y lo que más impactó a la joven psiquiatra es que, de una manera natural e instintiva, aquellos niños consideraban la muerte no como un final, sino como un proceso de cambio, una mutación de estado. Como carecían de conceptos para expresar tales sentimientos, aquellos niños lo plasmaron en dibujos de orugas que se transformaban en mariposas. Esos dibujos infantiles tocaron profundamente a Kubler-Ross, quien a partir de entonces se dedicó en cuerpo y alma a crear una nueva cultura sobre la muerte. 

El símbolo de la mariposa se convirtió en un emblema de su trabajo, porque para Kubler-Ross la muerte era un renacimiento a un estado de vida superior. Los niños -afirmaba- lo saben intuitivamente; si no les contagiamos nuestros miedos y nuestro dolor, ellos tienen la capacidad de enseñarnos muchas cosas.

Llegó a los Estados Unidos en el año 1958. Comenzó allí su trabajo en un hospital de Nueva York donde se sintió horrorizada por el trato que se daba en los hospitales a los moribundos: “Se les aislaba, se abusaba de ellos; nadie era honesto con ellos”. Se convirtió en una voz crítica, que clamaba porque el paciente recuperase su intimidad y se le permitiese morir no entre los fríos muros de un hospital, sino en su casa, rodeado de sus seres queridos y permitiéndole despedirse en paz. 

A diferencia de sus colegas y en contra de las pautas habituales de la época, decidió sentarse cerca de sus enfermos, dedicarles tiempo, atención y escucharles mientras ellos le abrían su corazón: “Mi objetivo era romper con la barrera de negación profesional que prohibía a los pacientes expresar sus más íntimas preocupaciones acerca de la propia muerte”

Mucho fue lo que ella aprendió de esta experiencia: vio que los niños dejaban este mundo confiados y serenos; observo que algunos adultos partían, después de superar la negación y el miedo, sintiéndose liberados, mientras que otros se aferraban a la vida sólo porque aún les quedaba una tarea que concluir, pero todos hallaban consuelo en la expresión de sus sentimientos y en el amor incondicional de quienes les prestaban atención. La gente no tiene miedo a morir, la gente tiene miedo a morir en una unidad de cuidados intensivos, alejados del alimento espiritual que da una mano amorosa, separados de la posibilidad de experimentar las cosas que hacen que la vida valga la pena. 

Empezó impartiendo seminarios en los que participaban enfermos terminales que hablaban al público acerca de su situación y cómo la atravesaban. En 1968 estos seminarios se convirtieron en cursos acreditados. Hoy los estudios sobre la muerte y el morir forman parte de la formación de los estudiantes de medicina de muchos países. 


Su primer libro “Sobre la muerte y los moribundos” publicado en 1969 hizo de Kubler Ross una autora conocida internacionalmente. En el explicaba sus experiencias con más de 500 enfermos al final de la vida. Este libro fue un best seller y una revolución en su momento porqué era una llamada a la humanización, al trato con los enfermos en esta última etapa de la vida, una invitación al diálogo honesto y franco acerca de sus preocupaciones, y un signo de esperanza de que esta etapa puede tener un significado de esperanza y plenitud si se afronta sin dolor físico, con conciencia y acompañado de los seres queridos, todo ello con la ayuda de profesionales sensibles, honestos y preparados.
"Cuando se está junto a su cama y se les escucha de verdad -afirmaba- percibes que ellos saben que la muerte está próxima. Cuando el enfermo nos dice que sabe que va a morir, debemos aceptar su declaración sin contradecirla". Según Kubler-Ross, la comunicación, aunque el enfermo no pueda hablar, es continua; si prestamos atención, él nos dirá lo que necesita. Estas son las cuatro funciones que Kubler-Ross pide a los que acompañan a un moribundo: escucha verdadera y sin juicios, aceptación, permanecer a su lado y comunicación. 

Elisabeth ayudó a muchos familiares a encajar su pérdida, a saber cómo enfrentarse a la muerte de un ser querido, les explicó cómo apoyar al moribundo, lo que debía hacerse en esos difíciles momentos y lo que debía evitarse. Bajo su tutela se crearon fundaciones y movimientos ciudadanos que reclamaban el derecho a una muerte digna. Y comenzaron a publicarse libros, gracias a los cuales miles de familias recibieron consuelo. Todo el dinero que ganaba gracias a ellos lo invertía en orfanatos y proyectos asistenciales, jamás en sí misma. Infatigable, estuvo junto al lecho de muerte de cientos de pacientes, ayudándoles a enfrentarse a su situación, a aceptarla, a comprenderla, y en definitiva a morir con esperanza. Ella fue la primera psiquiatra que describió las fases de la muerte: pánico, negación, depresión, pacto y aceptación, que se convirtieron en un clásico de la psiquiatría.

En 1970 Kubler-Ross empezó a explorar la posibilidad de la existencia de vida después de la muerte. La Universidad de Chicago cuestionó su trabajo y la despidió. A partir de entonces decidió dedicarse a la práctica privada dando conferencias, escribiendo y promocionando servicios de atención a personas en duelo y enfermas. Diseñó un curso /taller llamado “Vida Muerte y Transición” para personas que estaban afrontando todo tipo de pérdida. El símbolo que utilizó para estos cursos fue una mariposa ahora popularizada como icono de la muerte y la transición. Estos talleres llevan ofreciéndose desde hace más de 30 años en todo el mundo.

En 1975 Elizabeth publicó entrevistas y testimonios de personas que habían vivido experiencias en el límite y habían regresado. En estas experiencias, hoy muy conocidas y estudiadas, la gente habla de la muerte como una experiencia maravillosa y del reencuentro con personas amadas que han muerto antes. “No sólo creo que hay una vida después de la muerte, sino que lo sé, tenemos datos suficientes verificables y es importante compartir este conocimiento con la gente”. 

Su trabajo sobre el más allá supuso un alejamiento de muchos estamentos médicos que habían valorado su trabajo como pionera del movimiento de paliativos. Pero jamás le importaron las opiniones ajenas y a pesar del escepticismo y del rechazo de muchos de sus colegas, siguió adelante con su trabajo, ya que después de entrevistar a miles de personas en trance de muerte, no tenía dudas acerca de la supervivencia del alma. 

Elisabeth Kubler-Ross dedicó muchos años a dar conferencias por el mundo y escribió más de 20 libros sobre la muerte y la vida incluyendo: Vivir hasta despedirnos, Los niños y la muerte, SIDA el último desafío, La muerte: un amanecer, y su autobiografía, La rueda de la vida

En su último libro, “Lecciones de vida” escribió acerca de los misterios de la vida y los vivos: “Quise, finalmente, escribir acerca de la vida y el vivir". Y nos invita a reflexionar acerca de nuestra propia vida: ¿Realmente es así como quiero vivir mi vida? Todos nos hemos hecho esta pregunta en algún momento. La tragedia no es que la vida sea corta, sino que a menudo solo tenemos una tardía percepción de lo que realmente importa.

Sus libros han sido traducidos a más de 25 idiomas. Fue merecedora de 28 doctorados Honoris Causa.

Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás y con el coraje que aprendió de los más pequeños. Los últimos años sufrió varios infartos y sabía que su tiempo había concluido. A los 78 años falleció - hizo su transición - (como a ella le gustaba llamar al proceso de la muerte) rodeada de sus seres queridos. Su funeral fue distinto y muy emotivo. Asistieron fundadores de unidades de cuidados paliativos, de centros de duelo, centros para niños, programas para víctimas de abusos... En el entierro un rabí pronunció el responso, una india americana purificó a Elisabeth con humo para su viaje y un monje tibetano cantó textos del libro tibetano de los muertos... Se soltaron centenares de mariposas que se posaron sobre las personas presentes, y globos de ET - uno de sus personajes favoritos - con “Bienvenida EKR” escrito. Finalmente se esparcieron pétalos de rosas sobre su ataúd antes de depositarlo en la tierra. 


Solía decir "Hazlo! No atreverte puede ser mucho más dañino que atreverte y equivocarte... Esto último al menos les da a los demás algo que perdonar, lo primero no les da nada"
Su coraje, su sentido del humor, su falta de miedo a la muerte y su capacidad para transmitir sus ideas, son un ejemplo a seguir. 

Nos dejó, impreso en sus libros, un gran mensaje de amor. 



The Elisabeth Kübler-Ross Foundation continua su labor. www.elisabethkublerross.com

EL ÚLTIMO VIAJE: no hay que temer a la muerte


“Si no crees que hay vida tras la muerte, te llevarás una sorpresa. Es más magnífico y bello de lo que podríamos soñar jamás”

“A alguien que se estuviera muriendo le diría: “vas a pasar por un proceso maravilloso de reidentificación”

“Debemos recordar quiénes somos (…) Somos seres espirituales poderosos. Tenemos dignidad y tenemos un objetivo”

“La muerte se convierte en un viaje a la Tierra Natal donde todo empieza en vez de ser el fin



El último viaje es un documental que nos muestra qué es la muerte, qué hay más allá y que ocurre cuando dejamos este mundo.

A través de testimonios de personas que han vivido una muerte clínica pero que pueden contarlo, de personas con experiencias “sobrenaturales” (o mejor dicho, fuera de las conceptos limitados del actual paradigma y concepción de la realidad) y de expertos como Brian Weiss, Neale Donald Walsch, Gregg Braden, Alberto Villoldo o Stanislav Grof, entre otros, aprendemos que morir no es el fin de nada sino el principio, la continuación de una aventura fascinante y el descubrimiento de quiénes somos realmente y de qué va esto.

El último viaje habla sobre los siguientes temas:
  • cómo es el proceso de desencarnación
  • la secuencia de nuestra vida y cómor recordamos todos los momentos entendiendo la trascendecia de cada uno de ellos
  • las sensaciones de paz, amor y bienestar absolutos
  • el encuentro con seres de luz
  • en qué consiste el otro lado
  • el sentido de las encarnaciones
  • la existencia del concepto de reencarnaciones en todas las religiones, cristianismo incluido
  • volver a la Tierra como a una escuela en la que aprender determinadas lecciones
  • la Inteligencia y Amor infinito en el universo
Es decir, además de hablar de la muerte, El último viaje explica el significado de la vida, y entendiendo todo este ciclo, puede desaperecer el temor y la ansiedad a ese momento.

El primer psiquiatra que se atrevió a hablar públicamente de un hecho tabú hasta la fecha fue Raymond Moody en los 70 y su documental “Vida después de la vida” marcó un punto de inflexión en el estudio científico del tema, y posteriormente la doctora Elisabeth Kübler-Ross consiguió cambiar los protocolos médicos de acompañamiento a enfermos terminales y su libros ayudaron a miles de personas a enteder mejor el tránsito final.

En los noventa destacan los descubrimientos del cardiólogo Pim Van Lommel y muchos otros profesionales y científicos que investigan la supervivencia de la conciencia cuando el cerebro deja de funcionar.
El último viaje es el trabajo más moderno sobre estos temas, reune a los expertos más relevantes en espiritualidad y nuevo paradigma, es muy ameno de ver y su contenido es esclarecedor, profundo y transformador.

Claudio Naranjo

“Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural
recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza”
Claudio Naranjo

La biografía oficial de Claudio Naranjo dice que está considerado uno de los maestros de la psiquiatría moderna, pero se queda corto. A sus 76 años, este sabio chileno es uno de los Maestros contemporáneos en vida y sus reflexiones y trabajo están encaminados a despertar las conciencias de las personas y construir un mundo mejor.

Es el fundador del programa Searchers After Truth (SAT), orientado a promover el autoconocimiento y el desarrollo personal, integrando herramientas y disciplinas occidentales y orientales, algo que también integró el físico-budista Allan Wallace.

Claudio Naranjo ha sido invitado recientemente por la Escuela de Negocios Esade para reflexionar sobre soluciones a la deshumanización de las empresas y de la sociedad, como también lo hicieron Fredy Kofman en “estamos en una crisis de conciencia” y Alex Rovira.

Pero Naranjo incide más en las causas reales y en esta jugosa entrevista titulada realmente “El hombre de hoy sigue siendo un esclavo” nos habla del ego y del Alma/verdadera Esencia, del vacío interno, de nuestros gobernantes e instituciones, de nuestra sociedad competitiva, avariciosa y enferma, de nuestra esclavitud, y sobre todo, de nuestra LIBERACIÓN.

Estas son sus palabras:

¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?
Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como EGO o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.

¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?
Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un VACIÓ EN SU INTERIOR como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.

¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?
Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.

¿A qué se refiere?
El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.

De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas…
Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.

¿Y cuál es su propuesta?
Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.

Usted suele hablar de “la búsqueda de la verdad”
Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio.

Vía: El País

No se puede dar lo que no se tiene


Quien no puede ser feliz, no puede dar felicidad, quien no está cómodo en la vida, no puede hacer que otros se sientan bien.
Por eso hay personas que contagian su felicidad, así como personas que siempre tienen quejas y dejan tras de sí un largo rastro de amargura.
No se puede dar lo que no se tiene.

Cuando se piensa en esta frase, de inmediato pensamos en las cosas materiales que cada cual posee, pero este artículo no va de eso, es de aquellas personas que viven siempre en forma triste y maldiciendo su “mala suerte”, porque según ellos todo les sale mal. Personas que siempre desean cosas que no están a su alcance, cosas que otros tienen. Personas que cuando algo tienen no saben apreciarlo y sólo piensan que debieran tener más.

Todo sería diferente si esas personas pensaran por unos minutos que la felicidad y el gozo que se puede obtener en la vida, nos las brindan las cosas sencillas, cosas que siempre están a nuestro alcance, como un amanecer, disfrutar de mirar una flor, de ver reír a los niños o simplemente agradecer lo que la vida no ha dado..

Esa clases de personas, por más que les muestres estas cosas no sentirán nada, no tendrán alegría, y no lograrás hacerles sonreír con aquellas cosas que tú disfrutas. Puedes disfrutar de esas cosas porque estás llena de amor, de ilusiones, de esperanza, te sientes contenta por dentro y eso es hace que seas una persona completa.

-Si tienes amor en tu corazón, puedes dar amor-

Y eso sí que es valioso.

Hay quien pensará que si una persona es feliz, es que no tiene problemas. Pero no es así, claro que tiene problemas, sólo que sabe sobrellevarlos y aunque muchas veces el dolor golpee fuerte en su corazón, por ser una persona llena y plena nada logra anular su felicidad, ni su serenidad para ver la vida. Toma todo lo malo como experiencias y sabe salir adelante aun y a pesar de estos problemas cotidianos que la vida nos da cada día.

Lograr la felicidad en una misma sucede cuando todo tu ser está en completa armonía con todo lo que eres o haces; y mientras más amor repartas hacia el mundo, más grande se hace dentro de ti a modo que puedes repartirlo a manos llenas. Eso te convierte en mujer bien encaminada, alguien que sabe lo que quiere, que conoce sus metas y hacia hasta donde llegar. Ser así te convierte en una de esas personas a las que todos se le acercan, pues son como un imán a la cual todo se le pega, lo bueno y lo malo… Pero sabes salir airosa, pues te has construido firme y sólida

Existe ese tipo de personas que no pueden dar porque no tienen nada bueno en su corazón, son pobres de espíritu, no hay alegrías ni amor dentro de ellas; es como un campo árido donde nunca se podrá sembrar, son personas nocivas que viven el cada día amargándose y deseando todo pero no queriendo dar nada.  Desgraciadamente hay muchas personas así en nuestras vidas, pueden ser personas cercanas o lejanas, pero siempre hay alguien a quien le cabe como anillo al dedo esta frase:

“No se puede dar lo que no se tiene”. 

No tiene sentido esperar cosas buenas de este tipo de personas, porque si no saben ser felices, ¿cómo podrían dar a otra persona aquello de lo que carecen?

Por eso en la vida hay etapas que debemos ir quemando para evitar caer en la amargura. Los que viven añorando un pasado, los que sienten que todo el mundo les debe algo, que no es justo que otros sean felices porque ellos no lo son ni lo serán, esos son seres insatisfechos con todo, con la vida, con Dios y con todo el mundo.

Es triste, pero lo mejor es alejar personas así de nuestras vidas, pues de lo contrario, al final terminamos muy mal porque empezamos a ver lo que ellos ven: todo en blanco y negro. - Hay que alejarse- 

La vida es alegría, es amor, es dar a manos llenas los talentos que poseemos. Dar amor es un acto que nos hará una mejor persona, única, irrepetible, porque podremos decir “yo sí puedo dar lo que tengo, que no es poco: Me sobra amor, me sobra felicidad. Soy una mujer que lucha aun contra la corriente pero derramo felicidad a mi paso”.

Quienes renuncian a las maravillas de la vida y saborear la felicidad de dar amor a otros se pierden en el camino de la tristeza.

Por eso tú siempre sonríe, vive la vida y cuando veas que quienes te rodean te dan muestras de amor y afecto, tu corazón se llenará de gozo.

Eres feliz. Puedes darlo todo…