Árbol genealógico y familia parecen palabras sinónimas.
La familia es
lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras
vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de
vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la
espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la
siguiente generación de vivos.
¿Por qué tendría que prestar atención al pasado?
Desde
muy pequeños aprendemos la historia de nuestro país y de nuestra
cultura; sin embargo resulta muy curioso que no prestemos ninguna
atención a nuestra historia familiar. Dice Alejandro Jodorowsky que si
el psicoanálisis fue la gran revolución del siglo XX, la psicogenealogía
(estudio de nuestro árbol genealógico) está destinada a serlo en este
siglo XXI.
¿Y si ignoro o rechazo a alguna parte de mi familia?
No
hay que eliminar a ningún familiar del árbol, pues sería como eliminar
un miembro o un órgano de nuestro cuerpo. Hay que integrar el pasado en
el presente y asimilar que todo lo que pasó fue útil, todo tuvo una
razón de ser.
¿Qué significa: ”un árbol genealógico es una toma de consciencia”?
Es
una frase de Marianne Costa, señala que el árbol genealógico nos
permite descubrir nuestro inconsciente (la familia es el inconsciente) O
también podemos llamarlo como nuestra dimensión no racional…
¿Para qué me va a servir esa toma de consciencia?
Según
Marianne Costa, inicialmente es un escándalo para la consciencia
ahondar en el árbol, pero será útil para descubrir que la familia es
como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios,
vergüenzas. Donde hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel,
incesto, abusos…Somos portadores de los conflictos no solucionados de
nuestro árbol y eso se manifiesta en nosotros como chivo expiatorio
haciéndonos sufrir, impidiéndonos amar, tener relaciones sexuales,
realizarnos… ser felices, en definitiva. La memoria de nuestro árbol
genealógico está siempre presente.
¿Qué trascendencia para las generaciones futuras?
Lo
que sano de mi árbol, queda sanado para las generaciones que me sigan.
Si elevo mi nivel de consciencia, eso repercutirá no sólo en mis hijos y
en los hijos de mis hijos, sito también en todas las obras que realice y
comparta con el mundo.
¿Todo es negativo?
No
todo es negativo, también hay un tesoro que deberemos descubrir en el
proceso… Hay que entender que con este ejercicio no se trata de
volvernos autónomos de nuestra familia, sino de ser capaz de entrar en
ella y convertirla en nuestra aliada interior. Lo que me doy, se lo doy
al árbol.
¿Cuál es la ley del árbol genealógico?
Sin
duda: la repetición. Un árbol genealógico es como el engranaje de una
maquina que sustituye piezas desgastadas por otras nuevas a las que
somete a una función similar. Y es que el árbol pide a los niños que
nacen que sustituyan a las ramas muertas, pero en realidad son ramas
nuevas que crecen en un sitio diferente. El trabajo a realizar
consistirá en identificar y desactivar esas monstruosidades.
¿Con cuantas generaciones se trabaja desde la perspectiva de la psicogenealogía de Alejandro Jodorowsky?
Cada
uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo
preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Cuando nos movemos
llevamos a todo nuestro “clan” con nosotros (Se dice que junto a
cualquier persona siempre viajan todos sus ancestros).
¿En qué me convierto si me atrevo a construir el árbol genealógico?
Según
dice Marianne Costa, en todo árbol aparece en un momento determinado un
héroe, el que lo sana y se sana, aquel que se atreve a
construirlo…Hacemos este trabajo del árbol para deshacer la
identificación con el clan y poder salir de él. Se sale del yo familiar,
para ser el yo auténtico.
¿Qué es lo que puede frenarnos en esa búsqueda?
Las
resistencias, como reacciones de defensa. Cada vez que nosotros
“movemos algo” nuestro clan también se mueve por efecto del inconsciente
familiar que trata de reequilibrar la situación. En muchas ocasiones no
queremos cambiar porque nos identificamos más con la identidad que nos
dio el árbol que con la propia, porque además, pensamos que si cambiamos
van a dejar de querernos.
¿Cuál es la primera pregunta que he de formularme si quiero construirlo?
Lo primero que tenemos que descubrir es “la trampa” de nuestro árbol genealógico.
Preguntarnos ¿Cuál es nuestra finalidad en este momento de nuestra vida? La respuesta
apuntará a las prohibiciones de nuestro árbol genealógico.
Si digo que mi finalidad hoy es desarrollar mi creatividad…
Significa
que tu árbol te lo prohibió. En familias muy religiosas, se bloquea la
creatividad, porque está asociada al diablo. El inconsciente familiar
guarda el recuerdo de la caza de brujas.
Empecemos por el principio, la información que voy a necesitar.
Nos
centraremos en nuestros hermanos, padres, tíos, abuelos con sus
hermanos y bisabuelos. En primer lugar deberemos dedicar un tiempo a la
recogida de datos sobre cada uno de ellos.
¿Qué datos básicos he de averiguar?
Nombre
y apellidos. Fechas de nacimiento, y casamiento y muerte. Causa exacta
de la muerte. Profesión. Hijos muertos, abortos voluntarios e
involuntarios. Enfermedades y acontecimientos importantes (ruinas,
éxitos, divorcios, secretos, anécdotas curiosas, accidentes, cambio de
país, cárcel, violación, etc.) Tener una idea de la relación emocional
que nuestros padres tuvieron con sus padres cuando eran niños.
¿Es algo cuadriculado?
Las
relaciones internas de un árbol genealógico son misteriosas. Para
comprenderlas es necesario entrar en él como en un sueño. No hay que
interpretarlo, hay que vivirlo.
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