sábado, 15 de septiembre de 2012

¿El camino? ¡Tu cuerpo! Cree en ti: eres divino Y lo has olvidado.



Entrevista realizada por Víctor M. Amela a Ghislaine Lanctôt, ex médica habla sobre sistema médico actual

Nací en Montreal (Canadá).  Fui médico y hoy soy simplemente Ghislaine Lanctôt, médico del alma.
¿El camino?  ¡Tu cuerpo!
Cree en ti: eres divino
Y lo has olvidado. 

La medicina actual pocas veces nos muestra el camino de la salud.

Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.

¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese!
Y su alma le dará la receta.

Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más.
¡Crea en usted!

¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Cada quien puede escoger asumir o no su vida y hacer. 

Mi actitud sería: 
“Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. 
Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado
Últimamente...

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
– ¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para reencontrarte contigo mismo.

Pero nadie desea una enfermedad...
 –Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma.
Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede.

¡Dale las gracias:  Te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!

Quizá sea más práctica una pastillita...
– ¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone en ciertos aspectos la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

No me dirá ahora que la medicina mata...
– ¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos!
En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

Morirían igual sin medicamentos.
–No. No si cambiamos el enfoque: La medicina actual ha olvidado mucho la salud,
¡Es una medicina de enfermedad y lucha! No es una medicina de salud y de vida.

¿Medicina de enfermedad? Acláremelo…
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba.
O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Nuestra medicina requieres revisar muchos aspectos.

Prefiere entonces las medicinas alternativas...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego:
La bioenergética,
Homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!) Acupuntura, Fitoterapia, Reflexoterapia, Masoterapia... (Masajes, drenaje linfático, etc.) La práctica del Yoga… La Meditación ..
Son más baratas... Y menos peligrosas.!!!

Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo!
El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...

–La medicina convencional  debiera ser sólo un último recurso,  y muy extremo...
Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.

Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
– Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

Pero se pasa mal con la enfermedad , ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella!…

Nuestro cuerpo es el camino y cualquier proceso de salud , desde una gripe o un cáncer, nos da la oportunidad de aprender, en tantos aspectos, a amarme, valorar, adaptarme, mirarme, tener conciencia, ser más humano, más solidario, o aceptar.
Que este proceso es una etapa para crecer en un despertar de conciencia o inclusive para entender que el partir  es algo normal al cual todos llegamos de diferente manera, pues cada uno es un universo y a cada uno se le da en el momento perfecto.
Cada uno el camino a la luz.
Aprovechemos esta gran oportunidad cósmica para aportarnos a nosotros mismos y al universo.

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