Jorge Carvajal es un médico revolucionario.
Especializado en Bioenergética y creador de la Medicina Sintergética, en su
clínica de El Plantío (Madrid) cuenta con un extraordinario equipo de
especialistas médicos. En ese centro emplean novedosas técnicas de diagnóstico
y tratamiento, como las que ideó el doctor Hamer en la llamada Nueva Medicina
Germánica. A continuación os sugiero la lectura de este fragmento de una
interesantísima entrevista realizada al doctor Carvajal. Un hombre que al igual
que Hamer, si no hubiese tanta mafia en el mundo sanitario y más especialmente
en el de las farmacéuticas como se ha acabado demostrando con la estafa de la
gripe A, podría optar sin duda alguna al premio Nobel de Medicina. He elegido
sólo tres preguntas, pero las respuestas de Carvajal no tienen desperdicio
alguno para quien sepa extraer sus enseñanzas.
¿Hay emociones perjudiciales para la
salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70% de las enfermedades del ser humano
vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas
veces proceden de emociones no procesadas, no
expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran
enfermedad, el común denominador de buena
parte de las enfermedades que hoy tenemos.
Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón,
a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se
vuelve un hueco en el estómago, una sensación de
falta de aire. Es un vacío existencial que
surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar
dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos
externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos,
cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior.
Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en
nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero
como no se puede llenar con cosas, el vacío aumenta cada vez más.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o
buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu
interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia
viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces
estamos en el “debería ser”, y no somos ni lo uno ni lo otro.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la
princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte;
tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el
error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas
a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor
produce amor. Si te amas, vas a encontrar el
amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La
clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te
amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás
condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos
transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
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