1.- Deja de criticarte
La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte. Acéptate exactamente tal
como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas, tus cambios son negativos.
Cuando te apruebas, tus cambios son positivos.
2.- No te asustes
Deja de aterrorizarte con tus pensamientos. Es una forma horrible de vivir. Busca alguna imagen mental que te produzca placer (la mía son rosas amarillas), e inmediatamente reemplaza el pensamiento aterrador por uno agradable.
3.- Sé amable, apacible y paciente
Se amable contigo. Pórtate bien contigo. Ten paciencia contigo mientras aprendes esta nueva forma de pensar. Trátate como tratarías a una persona a la que verdaderamente amas.
4.- Sé tolerante con tu mente
El odio a uno mismo, es el odio a los propios pensamientos. No te odies por tener los pensamientos que tienes. Cámbialos suavemente.
5.- Elógiate
La crítica destruye el espíritu interior. El elogio lo construye. Elógiate todo lo que puedas. Alábate por lo bien que haces las cosas, por más insignificantes que sean.
6.- Bríndate apoyo
Busca formas de apoyarte. Recurre a tus amigos y déjate ayudar. Es muestra de fortaleza pedir ayuda cuando se necesita.
7.- Sé indulgente con tus aspectos negativos
Comprende que los creaste para satisfacer una serie de necesidades. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas de satisfacer esas mismas necesidades. De modo que deja amorosamente que las viejas pautas negativas se vayan.
8. - Cuida tu cuerpo
Infórmate sobre cuál es la nutrición adecuada para ti. ¿Qué clase de combustible necesita tu cuerpo para tener una energía y vitalidad óptimas? Infórmate sobre las distintas modalidades de ejercicio físico que existen. ¿Qué tipo de ejercicio le gustaría hacer? Mima y venera el templo en el que vives.
9.- Trabajo con el espejo
Mírate a los ojos a menudo. Expresa el creciente amor que sientes por ti. Perdónate mirándote en el espejo. Conversa con tus padres mirándote en el espejo. Perdónalos también. Al menos una vez al día di: “Te quiero, realmente te quiero”.
10. - ¡Hazlo ya!
No esperes a sentirte bien, ni a perder peso, ni a tener el nuevo empleo o la nueva relación. Empieza ahora a hacer cosas y hazlas lo mejor que puedas.
Tratamiento del Merecimiento
Me merezco todo lo bueno.
No algo, no un poquito, sino todo lo bueno.
Ahora dejo atrás todos los pensamientos negativos y restrictivos.
Me libero y me olvido de todas las limitaciones de mis padres.
Los amo y voy más allá de ellos.
Yo no soy sus opiniones negativas ni sus creencias limitadoras.
No me ata ningún miedo ni prejuicio de la sociedad en la que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente, tengo libertad absoluta.
Ahora entro a un nuevo espacio de conciencia, en donde me veo de forma diferente.
Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida.
Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.
Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo.
Y por lo tanto, recibo multitud de bienes.
La totalidad de las posibilidades está en mí.
Merezco la vida, una buena vida.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco mucho más que todo eso.
Merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias.
Y yo acepto la abundancia en esta vida con alegría, placer y gratitud.
Porque me la merezco.
La acepto, y sé que es verdad.
Fragmentos extraídos del libro: "Amarse sin condiciones" de Louise L. Hay